~ Me confieso: "soy mortal"

Odio que pase el tiempo y seguir acordándome de vos. Por más que actúe y me crea que ya pasó. Nada pasó. Lo sé yo. ¿Vos los sabes?
Si pensas que todo pasó, yo te recuerdo que no. No te hagas problema, que si por algo me levanto cada día, es para ver si recordaste que todavía estoy. ¡Vaya fuerza la mía!
Pero de aluna forma o de otra, hay algo en todo esto que me levanta. Quizá el hecho de saber que otras cosas nuevas esperan o que un día te vas a acordar de que nada pasó.
Como la primera es más posible que la segunda, o al menos todos siempre creen eso, ¿tengo que creerlo yo también?
Yo no quiero creer que otra cosa diferente y nueva y todo eso espera. Quiero creer que las cosas van a volver a ser como antes. Que un día te vas a levantar y te vas a acordar de que nada pasó.
Que triste que ese sea mi único deseo, por que soy perfectamente conciente de que no te mereces ni un cuarto de mi amor. Ni un octavo, ni un nada. No se que te mereces en la vida, pero mi deseo no te lo mereces.
Pero yo igual deseo. Desear es gratis. Se cumplan las cosas o no, desear e imaginar que se cumple es, total y absolutamente, gratis.
Pues, entonces, deseemos. Invadamos de deseos el mundo. Deseemos hasta ya quedarnos sin deseos (¿Imposible no?). Vamos a llenar el mundo de situaciones utópicas y estúpidas, donde todo, pero todo, sale como queremos, redondo y perfecto.
Después nos vamos a sentar a ver cuan lindo hicimos el mundo, nuestro mundo. ¡Mira, ahí esta ese ex que siempre quisiste que te pidiera perdón! ¡Mira allá, ahí esta la vida familiar que siempre soñaste! Ese auto o mascota que siempre quisiste. Esa otra mitad perfecta y tal como la imaginabas, que siempre te imaginaste.
Pero son muchas cosas las que siempre deseamos, el hombre es realmente insaciable. Preguntale a él. Yo pintaba su mundo de rosa, como mejor podía, todos los días que me dejaba. Yo traía, con mi mejor esfuerzo, su mejor sonrisa. Pero nada sirvió. ¡Insaciable, como el ser humano!
Y así como las personas son insaciables, el mundo no está apto para todo el peso que estamos poniendo en el. Muchos colores, muchas sonrisas, muchos ex novios pidiendo perdón, muchos labradores jugando en el jardín. ¿¡Qué va!? Solo van a suceder algunas de las tantas cosas lindas que deseamos. Y cuando digo algunas, me refiero muy pocas. Por lo que, en ese momento en el que nos sentamos a ver ese mundo a lo teletubbie, es decir, al mejor estilo fondo de pantalla Windows xp, con el pastito perfecto, comenzas a ver como se va callendo el paisaje. Como un virus a la pc, o como una caída de telón: de color a blanco y negro.
Llámenme pesimista… pero muchas de estas cosas le pasan a la gente mortal. No hay amores que te busquen en el aeropuerto, antes de partir. Ni hay esos reencuentros inolvidables o esas vidas felices para siempre. Nosotros no somos inmortales y no hay nada que podamos hacer, por cuanto deseemos, por cuanto imaginemos o lloremos.
Solo nos queda conformarnos. Repeti con migo: Somos simples mortales, somos simples mortales y quizá, algún día, lo entendamos. Aunque sabemos que dejar de soñar lo que uno quiere vivir es imposible.

Me confieso: soy mortal.
¿No te hacía feliz? ¿No era para vos? Lo entiendo. Me conformo. Soy mortal, me moja la lluvia, sangro si me corto, me duele el cuerpo si no duermo, si no como... Pero vos no me vas a quitar el deseo, ni la imaginación. Ya me quistaste el sueño, el hambre, la sangre, la sonrisa, la alegría. Ya me quitaste bastante.