17.2.10

más después de

Completamente engañados vivimos. Pensando que no existe cosa peor que nuestros dilemas. Que lo que creamos es la cosa más horrorosa del planeta. Que tenemos una pareja que en verdad no nos ama. Que sufrimos desmedidamente por amor, soledad.
Nos tenemos celos, pensamos que el otro tiene más suerte que uno. La vida de el otro siempre nos parece más fácil, más divertida. Envidia permanente.
Sentis el calor en la nuca de cómo te despellejan las palabras de los otros por la espalda. Como te sonríen de la mejor y más falsa manera que pueda existir.
Terminas el día concluyendo que no podes confiar en nadie ni en nada. Llegas a tu casa pensando que tu vida realmente apesta y que no entendes por que no podes ser felices como otros.
Pero la verdad es otra.
La verdad es que esa es TU forma de ver la verdad. La angustia que tenes es TU manera de verte a vos mismo. Tenemos una manera angustiosa de vernos a nosotros mismos, por tanto, tendemos a pensar que el otro tiene mejor pareja, pocas complicaciones, mejores amigos, problemas menores, mejor auto, menos dolores, mejor casa… mejor vida. Pero nos equivocamos. Todos algunas vez nos sentimos solos. Nos dolió una ruptura. Extrañamos demasiado algo o a alguien. Lloramos por las noches y pensamos en cuando vamos a ser felices. Todos alguna vez pensamos ‘de esto no salgo nunca más’ y ¿Qué hacemos? Nos encerramos en nosotros, pensamos que los demás tienen demasiada mejor vida para pedir ayuda. Estamos en la negra y oscura miseria y nada va a sacarnos.
La realidad es que… todos nos sentimos así y si todos nos diéramos cuenta de eso y nos daríamos una mano todos con todos, la vida sería más fácil. Habría la misma cantidad de dolor, la misma cantidad de sufrimiento y de problemas, pero sería mucho más fácil.
Por que ser feliz no significa la ausencia de los problemas, sino aprender a lidiar con ellos.
Pero para poder ayudarnos, primero hay que poder ver que existe un ‘demás’ y que escuchar a ese ‘demás’ para saber que también tienen problemas.
Lastima que somos demasiado egoístas para ver a alguien más que a nosotros mismos cuando nos sentimos insignificantes.
Es todo tan difícil.

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