21.3.11

Más complicado que nadie y más simple que todo

Hay muchas clases de mujeres. Cada una de ellas ha soñado desde chica cosas diferentes.
Algunas han soñado siempre con ser madres. Otras con ser mujeres exitosas en su carrera profesional. Algunas mujeres han soñado ser mantenidas para no tener que trabajar jamas. Otras muchas soñaron toda su vida con ser vedettes. Hay mujeres que soñaron desde chica ser hombres.
Pero hay algunas que no soñamos ninguna de esas cosas. Simplemente soñamos con tener una persona al lado que nos quiera. Una persona que, nos de hijos o no, sea rico o no, sea perfecto o no, nos quiera y valore como somos. Somos mañosas, románticas (nos derrite una flor aunque digamos que no y amamos llevarla con la frente en alta por la calle), somos mujeres normales. Odiamos las cadenas de mail, nos gusta andar en pijama por la casa un domingo y que nos digan te amo.
No alucinamos ser el mejor cuerpo de la Argentina, ni ser la mejor en lo que nos sale bien hacer, mientras tanto nos haga feliz. No esperamos ganarnos la lotería, ni ser famosas en la TV.
Solamente queremos vivir promedio, tener una casa estable, ganar bien, como para poder vivir y mantenernos conformes (en lo posible) con nuestro cuerpo. Siempre y cuando tengamos a alguien al lado que nos haga feliz.
Es así, hay mujeres que dicen "prefiero enfocarme en mi carrera" "... en mis estudios" "...en mi familia" "... en viajar". Nosotras no. Nosotras no podemos enfocarnos en nada si no estamos junto a alguien. Literalmente somos del grupo de: Las mujeres que no pueden vivir solas. Y no hablo de mujeres promiscuas. No se equivoquen de término.
Ser una mujer que no puede estar sola, no es tener que amanecer en la cama de alguien distinto todos los días. No querer estar sola es preferir las cena de pareja, que las de amigos. Quedarse un sábado mirando tele y comiendo comida enlatada acompañada, que salir a la mejor fiesta del siglo con Robin Hood y Los 4 fantásticos.
Necesitamos un mensaje de texto antes de acostarnos y uno al levantarnos. Qué nos pasen a buscar tan sólo para vernos 5 minutos, por nuestros horarios ajetreados, caminar 6 cuadras, darse 10 besos y despedirse. No pedimos mucho. No pedimos regalos, ni agasajos. No nos interesa el título de "esposo/esposa", ni la ratificación constante. Sólo queremos sentir que somos dos. Que podemos contar con esa persona y que esa persona puede contar con nosotros.
Somos las que más sufrimos la soltería y que no nos explicamos como un ser humano puede festejar que "está soltero". Porque para nosotras es la perdición. Quizás nuestra vecina de al lado de casa tiene problemas económicos, le están por rematar la casa, su perro esta enfermo terminal y la estén por despedir de su patético trabajo. Pero esta en pareja y hace poco se comprometieron. Sepan estar seguros de que nosotras las que no podemos estar solas y odiamos la soltería vamos a envidiarla. La envidiamos tanto, que la imaginamos muriendo de frío, pobre sin un peso, con ropa rota, en la calle al lado de un fogón hecho en un balde viejo, pero abrazada con su amor y nos sentimos las personas menos afortunadas en la tierra. Le cambiaríamos el lugar, sin dudarlo.
Nuestro lema es: Todo es mejor en pareja. Somos románticas de alma. Suspiramos cuando vemos parejas en la calle y soñamos con nuestra vida en pareja.
Somos así, somos diferentes. Pero el principal problema de las incapaces de estar solas es ése mismo: No poder estar solas. Estamos tan pendientes de enamorarnos y de que esto sea para siempre, que la pasamos sufriendo.
Mientras que hay otras que ni siquiera se interesan en ser fieles y están al lado de hombres increíbles que están profundamente enamorados de ellas.
Siempre será así.

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