2.6.11

Divina suerte

Cuando la gente dice: "Siempre que estás obsesionada con algo, vas a sentir que el mundo conspira en tu contra y te muestra cosas que afirman tu teoría, pero es simplemente tu inconciente. Cuando pensas que estas embarazada, ves más embarazadas; cuando extrañas a alguien, sentis que lo ves en todos lados; cuando estas paranoico con algo, todo el mundo te habla de ello. Pero, simplemente, es tu propia mente articulando de manera cómplice los hechos que en cualquier otro momento serían totalmente normales"
Estoy completamente de acuerdo. Quiero decirles eso. Estoy completamente de acuerdo.
Y estoy segura que, aunque les de una lista de 57 argumentos a partir de los cuales intentara probarles que las cosas que me pasan a mi son REALMENTE COSAS ADREDE y no es una simple articulación de mi mente, debido a mi estado emocional actual, no me creerían. Pero hete aquí EL HECHO, que cambiará esto.

Una colega en la oficina me pide, tediosamente 5 minutos antes de irme, que le haga "el favor del año" y le vaya a comprar unos alfajores a una conocida casa de alfajores, para una persona muy importante que estaba visitando nuestra compañía. Yo tengo ese maldito problema de no poder decir que no.
Yo tapada entre papeles. Sí, dale!
Yo muriendo de hambre a las 14:40 Hs, yéndome a comer. Ah, bueno dale.
Yo 5 minutos antes de mi horario de salida. <¿Podes ir a comprarme alfajores?> Si, ¡obvio!

Y así, sucesivamente...Pero, al final del día, no son más que pequeñas cosas a las que hay que ponerles buena cara.
Pero, esta vez, todos los planetas se alinearon estratégicamente; las luces de diferentes faros acordaron apuntar a un mismo punto del mar que tienen cerca, al rededor del mundo; la maldad del mundo se reunió en sus sótanos oscuros para planear la siguiente situación:
Yo, la casa de alfajores y una agradable mesa, al lado mio, donde una chica sola tomaba un cafe. Un cafe cálido, acompañado de medialunas y leyendo un diario. Desvié mi vista unos minutos para pagar los alfajores y no tuve mejor suerte que la de volver a girar la cabeza, para ver que la persona que ocupaba el lugar del acompañante era, nada más ni nada menos que, mi ex. (¡Esperen! no es mi ex, el último, este vendría a ser el ex anterior a este último ex). ¡De todas formas es lo mismo! La misma porquería con distinto color.
El divino estaba ahí, sentado al lado mío (la pobre diabla recién dejada, que andaba por la vida haciendo favores, comprando alfajores, mientras el merendaba tiernamente con lo que sería su novia.)
Lo peor de todo no fue, ni encontrarlo, ni el rico olor del lugar, ni estar comprando alfajores, lo peor de todo fue la manera tierna en la que se miraban.
Y los previsibles pensamientos que se desataban de manera estruendosa en mi cabeza eran: Dale cobrame, cajera hija de puta, me quiero ir de acá. ¡¡¡¡¡¡¡TRAGAME, MUNDO INJUSTO!!!!!!! (y más signos de admiración)...



Estaban merendando, a la misma hora, en el mismo lugar, en la mesa más cercana a donde yo estaba. Simplemente increíble.
Cuando salí, sólo pude pensar: 'Debería haberme comprado un conito de dulce de leche para la angustia que se viene esta noche'

1 comentario: