¿Quiero estar con alguien?
¿Por qué no estoy saliendo con nadie?
¿Por qué es tan difícil estar en pareja?
¿Por qué no puedo encontrar a una persona que valga la pena? Etcétera.
Pero hay algo peor que el batallón de preguntas internas: Responderlas.
— ¿Quiero estar con alguien?
— Sí, soy mujer y soy bastante antigua en cuanto a mi concepción amorosas, así que sueño con el amor para toda la vida y con todo eso del compañerismo, la fidelidad y el entendimiento y apoyo. Una boluda, ¿no? Quizás no..
— ¿Por qué no estoy saliendo con nadie?
— Por que no encuentro a la persona indicada.
— ¿Por qué es tan difícil estar en pareja?
— Por que estar en pareja es un compromiso y un trabajo que debe ser alimentado día a día y, en estos tiempos, muy pocas personas están dispuestas a afrontarlo. Sobre todas las cosas, por que para cuadrar con otra persona al nivel al que hay que hacerlo, muchas veces hay que cambiar cosas, arreglar otras, dejar de lado, incluir, excluir, sumar, restar en uno mismo y, vamos a ser sinceros: ¿quién gusta de cambiarse a si mismo? No creo que muchos. Es muy difícil cambiar. Si me preguntas, no creo que la gente cambie. Quizás cambie algo, sólo un poco, sólo un 15% digamos, pero no más. Pero a veces... 15% es suficiente. Solo que ya un 1% es difícil, hay que quererlo muchísimo.
— ¿Por qué no puedo encontrar a una persona que valga la pena?
— Por que la sociedad cambió, señores y señoras, y lo que más hemos perdido es la constancia, en todo. El mundo es líquido, como diría Zygmunt Bauman. El capitalismo y la tecnología nos ha vuelto fríos y descartables. Empezamos descartando objetos y luego continuamos por las personas. Por eso, ahora, si se me dio la gana, le dejo de hablar a alguien, sin explicación. Ahora, si se me antoja, estoy con muchas personas a la vez, porque el compromiso es descartable y porque la palabra ya no vale. Suena feo, ¿no? Pero es así. Entonces, volviendo a la pregunta: ¿Por qué no puedo encontrar a una persona que valga algo? Porque ya no nos valoramos ni a nosotros mismos, ¿así cómo vamos a valorar al otro? Ya no respetamos ni nuestros ideales, ¡porque respetaríamos los del otro?
Ya no nos queremos a nosotros mismos, ¿cómo se quiere a otra persona si no se quiere a uno mismo?
Quiero hacer un apartado en esta sección, porque cuando a uno le dicen que no se quiere a uno mismo piensa: "¿Cómo que no? Yo me quiero a mi mismo. Me ejercito, me mantengo en forma, estoy prolijo, trabajo, estudio, bla bla bla..
Eso no es quererse a uno mismo, eso es saber presentar su envase, meramente superficial. Quererse a uno mismo es conocer nuestras habilidades y ser humildes al respecto; conocer nuestras debilidades y nuestros límites. Conocer nuestros defectos y controlarlos. Es no auto-perturbarse, dejar de sufrir y salir adelante, es querer estar bien de verdad.
El tiempo es líquido, hay que hacer todo rápido. Así que ahora nos salteamos la parte en la que nos conocemos, la parte en la que nos descubrimos y nos zambullimos directamente en el sexo o en actividades monótonas que no tienen ningún trasfondo de valor.
Yo no quiero, perdón, pero no quiero. Pueden irse a tener sexo vacío sin sentimiento con quienes ustedes quieran, a mi no me excita la frivolidad. A mi me excita la euforia de conocernos y de tener ganas de pasar tiempo juntos, el apoyo, el compañerismo, el preocuparse por alguien más que uno mismo, el sacrificio, la promesa, el entregarse a un otro y el esfuerzo por perpetuarlo.
Otra cosa no quiero. Pueden pasar por la oficina de quejas, pero voy a mantener esta cara de orto para con todas las personas que vengan a proponerme relaciones vacías para siempre, hasta encontrar vínculos maduros y nutridos de amor con ese no se qué chapado a la antigua que tanto llena el alma.