Un día me acuerdo que fuí feliz. Tuve que laburar doble turno, era 1 de marzo, todavía verano. Sali a las 6, como una persona normal. (Creanló o no, salir una hora después como lo hago actualmente es doblemente desgastante.) La facultad no había empezado todavía. En el cielo estaba ese sol de atardecer, bien naranja. El ipod y los auriculares en las orejas. La luz brillante en la cara. Caminaba por calle tucuman, a punto de tomarme el colectivo. No había obligaciones, no habia malestares, me puse los anteojos de sol y... fui feliz.
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