Recién pensando en lo que me dijiste hoy me di cuenta de que tengo una necesidad casi garrafal de volver a los domingos en tu habitación y a tu miradita pícara que me sonreía.
Esa maldita cama detenía el tiempo. Fascinante...
Vos detenías el tráfico del aire.
Extraño rasparme con tu barba.
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