Bueno, resulta que... ¿Qué fue lo que hice?
De todos los hijos de putas, pajeros, interesados y mentirosos de mi prontuario sexual, seleccioné al número uno y ¿QUÉ FUE LO QUE HICE?: Le envié un mensaje, terriblemente de entregada, fácil y guarra, durante una noche de feriado, embriagda hasta la médula.
Si pensaste que la historia es feróz, te equivocaste.
Lo realmente feróz, atróz e imperdonable es que jamás respondió.
Me doy lástima.
Esta fue una crónica titulada: El despechado rompimiento me esta destruyendo. (Imaginenselo con voz de locutor, presentandor de radio).
changos. talvez esa persona estaba mas ebria que vos y no pudo si ver el msj...
ResponderEliminarEs buena esa!
ResponderEliminarPero lamentablemente, soy una persona lo suficientemente pesimista y auto-exigente como para martirizarme por eso, unas cuantas semanas.
Al menos se que durante esas semanas, no le voy a mandar más nada.
(Al menos eso creo...)