3.1.09

,Sin recuerdos

Qué fácil sería todo si pudiéramos olvidar lo que quisiéramos olvidar. Seleccionar esas cosas que nos hicieron mal, esos deseos que nunca se cumplieron y esos sueños que soñamos y que nos quedaron guardados, recordándonos dolorosamente cada día que no se han cumplido y que difícilmente lo harán.
Luego esa mente sin recuerdos saldría a vivir la vida de nuevo, sin dolor ni malos recuerdos, pero, lamentablemente, se toparía con nuevas cosas que le harían mal. Gente que perdonar, personas que olvidar, cosas por las que llorar. El mundo no haría más que olvidar al mundo ya alguna vez olvidado.
… Y tarde o temprano explotaría y terminaría de arruinar lo poco que hemos hecho bien.
Por ahí, más fácil sería no tener culpa. Ser inocente. Tener la conciencia limpia. No tener que preocuparnos por nada, ni estar dolidos por nadie. ¿Cuán feliz es el inocente? Aquél que no busca olvidar. Aquél que cambia su corazón, que mira más allá de si mismo.
Todos alguna vez vamos a aprender a hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario