28.4.11

Citas de una excelente película: El apartamento



(...)
_ I think I'm gonna give it all up.
_ Give what up?
_ Why do people have to love people, anyway? What do you call it when somebody keeps gettin' smashed up in a car accident?
_ Bad insurance risk?
_ That's me with men... I was jinxed from the word go. First time i was ever kissed was in a cementery.
... I just have this talent for falling in love...with the wrong guy,in a wrong place at the worng time.
What am I going to do now? Maybe he does love me, only he doesn't have the nerve to front it.
Gimme this pen and paper!
_ What for?
_ I'm gonna write a letter for him
_ YOU WHAT? I don't thinks that's a very good idea.
_ Why not?
_ Because if you did something like that you'd hate yourself.
_ I don't like myself very much anyway
(...)



[1+The+apartment.bmp]

(...)
_ He es a taker.
_ What?
_ Some people take, some people get took.
And they know they're getting took and there's nothing they can do about it.
How long does it take to get someone you're stuck on out of your system?
...If only they'd invent some kind of pump for that...
(...)





Dolorosamente cierto.

26.4.11

Caracterización de las vacaciones femeninas adolescentes grupales.

La compañía ideal para irse de vacaciones es no llevar compañía. Es la única forma de descanso genuino: que nadie pregunte, que nadie reproche, que nadie reclame y que  nadie se imponga sobre la sencilla calma del ocio veraniego.
Cuando éramos jóvenes, en nombre de la diversión y la camaradería somos capaces de negociar la marca del café o el lado de la cama. Pero pasados los veinticinco años, la edad corrompe esa mansa tolerancia: el café instantáneo nos da úlcera y las vacaciones nos encuentran rugiéndoles a las alborotadas mocosas que estiran sus mugrosos suelditos  en tibias cervezas de fogón diluidas en saliva ajena.
De más está decir que no recuerdo con cariño las vacaciones con amigas. A lo lejos, me parecen una pesadilla larga y única borroneada por el tiempo. Las camarillas, los chismes despiadados, las escenas de llanto histérico y la arena en la ducha nunca me dejaron descansar. Y si bien ninguna fue igual a la otra (ni siquiera fuimos al mismo lugar, ni con la misma gente, ni con un presupuesto parecido, todas tenían algo en común: mientras que las personas cambiaban (algunas se ponían de novias y nos abandonaban, otras se separaban y venían con nosotras, algunas no tenían plata para viajar), los personajes, curiosamente, se siguen repitiendo hasta el día de hoy:
La que tiene novio, por ejemplo, desperdicia todas sus vacaciones dentro de una cabina telefónica, llorando y disculpándose con su pareja, que le pregunta que hizo durante el día para poder acusarla de puta. Es imposible sobrevivir a su relación patológica sin aconsejarle que termine: todos los días a las seis de la tarde, la que tiene novio obliga a sus amigas a correr al departamento para atender la llamada de control de su prometido y, por la noche, espanta a grupos de muchachos con sus ojos reventados por el llanto por la última discusión. Casi nunca llega al final de las vacaciones. O la mandan por encomienda a Buenos Aires o el muchacho la viene a buscar de los pelos para que vuelva.
Pero un viejo novio no es el peor problema que puede aparecer en las vacaciones. Ni siquiera extraviar el pasaporte o contraer malaria representan una verdadera tragedia. Lo peor que te puede pasar es que tu mejor amiga se enamore de alguien en los primeros días, nunca más te vuelva a dar bola y se transforme en la que sólo tiene novio.
Desde ese momento, las vacaciones son la sucesión de la misma pesadilla: ellos dos siempre encimados, azules de asfixias, con las lenguas atoradas en la garganta del otro como dos cobras en un canasto. Y ni siquiera el regreso logra aliviar la situación; las secuelas de este vínculo transitorio se extienden hasta junio, cuando por fin conocen a otra persona y se cansan de ahorrar para viajar y volver a verse.
De todos modos, mucho peor que las dos anteriores es la que no consigue novio, que está enamorada desde hace años de un chico que apenas sabe que ella existe. Sus vacaciones se esfuman montando guardia estéril a la salida del bar en el que él trabaja, en el boliche al que va por las noches o en la playa en la que toma sol. Su pasiva contemplación es tan esmerada como inútil: él nunca se da por aludido y ella termina llorando borracha, colgada de un peñasco, cuando lo ve compartiendo un licuado de sorbetes con una mocosa impactante.
El puesto de la más insufrible, sin embargo, se lo lleva la mayordoma, que es la encargada de seleccionar, firmar el contrato y verificar el inventario del departamento alquilado. Sin que nadie se lo pida, también hace una lista de supermercado, asienta en una planilla los turnos para lavar los platos y maneja el presupuesto estacional. Si surge algún inconveniente, la mayordoma tiene un botiquín, aguja e hilo, protector solar y una tarjeta para llamadas de largas distancias. Pero tanta organización tiene su costado siniestro. La mayordoma es la primera en protestar porque "nadie colabora en la casa", porque alguna duerme hasta muy tarde o porque el baño esta lleno de arena, mientras repite que es "una falta de respeto" como un fanático estribillo adolescente y habla por teléfono con su madre para contarle lo sucias que son las otras.
La descolgada siempre cae de sorpresa durante la primera semana de vacaciones con su bolsito lleno de "buena onda", la billetera vacía y muchas ganas de salir.
Le pide plata prestada a todo el mundo y consume descaradamente todos los bienes comunes mientras grita que les devolverá el triple y las invitará a su palacio imaginario en Punta del Este. Jamás colabora con las tareas domésticas: prefiere emplear su tiempo en tomar sol untada con generoso bronceador ajeno, en pedir sorbitos de tragos anónimos y en dormir hasta tarde. Cualquier reclamo que le hagan sus amigas es rechazado y declarado "mala onda" y en ningún caso afecta a su rutina de relajada vividora. En todo caso, si hay chispazos en la convivencia, la descolgada se va a la playa bien temprano a hacer nuevas amigas mientras los demás se envenenan juntando sus porquerías o dejándole el bolso en la terminal.
Para la atorranta, las vacaciones son una torpe excusa  para el borroso suministro de sexo a granel. Víctima de sus hormonas expansivas, la atorranta se ofrece como muestra gratis por toda la playa. Su recorrido cubre las más diversas áreas: es capaz de sacarse toda la ropa bailando en la barra de una discoteca, pero también de arrinconar a joven padre mientras juega al metegol con sus dos hijos. Por la noche, se encierra con algún desconocido en las habitaciones de sus amigas y las deja paradas en el pasillo hasta pasado el mediodía, cuando despierta, semiinconsciente y golpeada, en el balcón del vecino. Como es de suponer, es muy proclive al hurto de novio, a la infidelidad y a la desaparición repentina. Es común encontrarla amnésica en otra localidad de la Costa, con un pelado de cincuenta años que le dice "Jésica" y le regala moneditas para la máquina de peluches.
La muerta, por su parte, no parece estar a gusto con las vacaciones colectivas, como si estuviera en su departamento dedica la mayor parte del día a tomar té o a escribir relatos y poesía tullida en un cuadernito de espiral, escondida en las alturas de una cama marinera. Es la primera en irse a dormir y en despertarse, y su misteriosa es tan aburrida como ella misma: da largas y monocordes caminatas por la playa, despacha cartas deformes en una putrefacta estafeta del centro y por las noches prefiere quedarse en casa antes que ir a bailar.
A diferencia de todas las anteriores, la saboteadora, pareciera no querer ir de vacaciones. Pero en ves de quedarse en su casa y dejar que las demás disfruten de su merecido descanso, va con ellas para joderles la vida. El número más típico de la saboteadora es perder los pasajes o el dinero para gastos quince minutos antes de salir de viaje y decirle a las demás que vayan sin ella mientras llora ahogada en un banquito de la estación. Su presencia trae siempre sorpresas que complican el desarrollo natural de la estadía: una brutal alergia a la arena debajo de la epidermis o cuatrocientos pesos en incómodos luncheon tickets que sólo aceptan en un bar del centro. Siempre pide disculpas y se hace la sufrida, pero la candtidad de contratiempos que padece no puede ser casual. Su inconsciente es, para sus amigas, una suerte de campo minado difícil de atravesar sin salir herida.

25.4.11

Respuesta a "Anónimo"

Hoy a la noche, hace unos minutos, una pobre y patética persona se tomo el tiempo y esfuerzo de comentarme mi ultima entrada "Hoy presentamos: EL PUNTO", para decirme (y cito...): "sos trmenda trola todo el mundo en LL se da cuenta, y lo refelejas en tu facebook y twitter Disimulalo un poco ^^"
A esta persona le quiero decir un par de cosas:
Primero, publico de esta manera tu comentario por que no me siento para nada agraviada en mis sentimientos, ante tu comentario, ya que no me considero culpable de lo que vos me acusas.
Segundo, me causa gracia y un poco de pena que tu única motivación en este mundo sea postearle estas boludeces a la gente. Osea, ¿tan poca vida hay que tener? Really?
Tercero, lamentablemente, gusto de mi misma y no me siento culpable de eso. Me gusta verme bien física y estéticamente y me importa muy poco lo que tu infeliz persona, con tan bajo coeficiente intelectual y escasa vida social, piense de eso.

En cuarto lugar, se me presenta una dicotomía: Por un lado, existe la posibilidad de que seas una repugnante lagartija con alguna enfermedad terminal y, en ese caso, te digo: Ok! entiendo tu envidia y resentimiento... Pero nada, no todos tenemos la misma suerte, darling!
Por otro lado, quizás no seas tan repugnante o enfermo terminal, y simplemente tengas el cerebro tan retorcido para hacer estas grandes inmadureces, en ese caso te digo: Listo!, estas perdido, serás una pobre alma sin cerebro, forever. I'm sorry.
Te aconsejo algo: comprate un vida, porque claramente si me estas comentando en el blog es porque ni siquiera te debo tener en Face ni en Tw.
Todo esto me lleva a pensar: Qué triste que es la gente jajajajaja. Osea Cuando uno pensó que esto de los insultos anónimos eran cosa de la pubertad y terminaban a los 13, nos encontramos frente al hecho de que no! Esta gente, de tal deficiencia mental, sigue existiendo!
Realmente me dan ganas de conocerte, pero no para insultarte, ni para decirte nada; simplemente para reírme un toque de vos. Para reírme de la envidia y bronca que me tenes. Qué genialidad!

Por último, tan floguer ibas a ser con los ^^. Haceme el favor y conseguite un estilo.
Bueno, simplemente quería expresar el sentimiento.
Saludos a todos, buenas noche y a los que son como esta infeliz: háganse cojer!

22.4.11

Hoy presentamos: EL PUNTO

El punto no es el nombre de una nueva y trillada película de terror de cine independiente. Tampoco es el apodo de algún jugador de fútbol de pequeña estatura que cariñosamente parece una pulga. El punto tampoco es, por lejos, una localidad de la costa Argentina. No pretende (y nunca lo hizo) ser el flamante nombre de un grupo de cumbia colombiana, que se presenta en pasión tropical cada sábado.
El punto, luego de varios estudios, resulto ser un estado anímico que todas las parejas han experimentado, experimentan y experimentarán siempre. Los hombres y las mujeres o las mujeres y las mujeres o los hombres y los hombres, dependiendo de su orientación sexual, se conocen, se juntan y se separan o se juntan y permanecen así.
Se conocen de diversas maneras: Los presenta un amigo. En una previa de sábado. Ella era la mejor amiga de su tío. Él era su médico. Eran compañeros de la facultad o el secundario y se reencontraron luego de varios años.
Todas las maneras, más originales o más comunes, los llevaron a estar juntos. Vivieron los mejores y peores momentos. Se fueron de picnic unas tres veces. Fueron a una bailar solos una loca vez, medio ebrios y medio felices. Se divirtieron en las montañas rusas del parque de la costa. Durmieron juntos un centenar de veces. Se recorrieron todos los bares de plaza Armenia. Se abrazaron, se insultaron, se besaron. Se conocieron de la mejor manera posible y hoy están parados el uno frente al otro, gestando un amor que creen desinteresado y desmedido.
Lamentablemente, frente a un estado de placer extremo, siempre hay algo que vendrá a opacarlo. De repente, lo que era una hermosa relación que vivía el día a día, dejando fluir la vida es avasallada por un hecho. Toda pareja (sin excepción de ninguna) experimentará la llegada de El punto. Éste es un estado sentimental tóxico, intrínseco e incómodo que puede desatarse frente a una situación dada cercana a la pareja. Este estado suele dispararse, en primera instancia, en uno de los protagonistas de la pareja (siendo esta persona más comúnmente las mujeres), quién luego contagiará la toxicidad al otro integrante de la pareja. Este episodio, como ya dijimos, puede ser dado en situaciones llenas de hormonas histéricas que retozan en la mente de unas amigas envidiosas que compiten por ver quién tiene el conjunto de ropa interior más caro; en el encuentro casual con un compañero de la primaria o en la insoportable presencia de una tía y su ya conocida rutina de humillación a los demás, en el centro de una reunión familiar, luego de decirnos de manera compulsiva y maliciosa: “¡¿Y…nena? ¿Para cuando el noviazgo?!”.
En ese preciso momento, algo se quiebra. Algo se rompe. El mundo da un giro y nuestra cabeza da un vuelco. Volvemos a nuestra casa, luego de esa reunión familiar dominguera con personajes chillones que esbozan chistes nada graciosos y se vanaglorian de sus mediocres logros, y pretendemos hacer de cuenta que nada paso. Nos sacamos los zapatos y nos tiramos en el sillón con una revista y un cigarrillo. Pero lo único que podemos leer, ver y escuchar es una murga a contra tambor que esboza escandalosamente frases como:
<< ¿Y… para cuando? ¿Hace 9 meses que salen y todavía no están de novios? No entiendo que esperan… ¿Son de esas parejas que no quieren compromisos? ¿O a caso son de esas nuevas relaciones donde todo es válido y son libres? ¿El tendrá otra y por eso no quiere sentar cabeza? >>
Nuestra mente comienza una etapa de refutación interminable y cansadora en la que intentamos convencernos de que: Sí, hace nueve meses que salimos, pero nunca nos paramos a preguntarnos eso. Estamos felices así. No estamos esperando nada, de hecho no esperamos. Estamos felices juntos y queremos que sea siempre así, libres somos todos y nosotros no necesitamos de algo legal. Jamás pensamos que no tener un título de telenovela trillada, como lo es el noviazgo, fuera un impedimento para estar juntos siempre y ser felices. ¡Ah! ¡Y no!, el no tiene a otra. Ni yo lo tengo.
Pero esto que pensamos que era una seguridad que siempre tendríamos o que, en realidad, jamás la pensamos, ahora es un problema sentimental nebuloso que no existía antes. Sentimos una sensación de bronca e impotencia por que, por culpa de esas amigas, de esa tía, de ese compañero que nos dijo lo que nos dijo, hoy tenemos un problema nuevo y bastante controversial.
El primer involucrado en el punto sufrirá la necesidad de compartir su angustia interna con su par, contagiándolo automáticamente de la toxicidad del asunto. El involucrado en segunda instancia es empujado a un sinfín de batallas internas de neuronas que se debaten entre el sí y el no.
Todo este revuelo genera en ambos una incomodidad que perdurará un tiempo, en el que la pareja se verá afectada: la fluidez de las charlas se habrá ido, a las salidas perfectas les falta algo, los abrazaos se sentirán algo vacíos y los momentos más felices estarán restringidos por las consecuencias de ’el punto’: esa constante sensación de insuficiencia. Si bien nos divertimos, tenemos un sexo excelente, somos el uno para el otro…siento la necesidad de declarar un título. << ¿Querés ser mi novia? ¿Y si somos novios? ¿Nosotros que vendríamos a ser? >>  Y otros tipos de frases son las que, muy comúnmente, vienen a nuestra mente constantemente a modo de fantasía. Cabe aclarar que esta enfermedad no es sufrida sólo por la mujer, sino que muchos hombres son a veces quienes comienzan el proceso, dependiendo de la personalidad de cada uno. También es importante destacar que el punto es un estado en sí y no una situación repetitiva. Es decir, hay parejas a las que no les hace el mínimo ruido la indirecta venenosa de una tía o amiga y que viven su vida normalmente, pero quizás para esas parejas su punto surja con alguna otra situación, por ejemplo un embarazo inesperado o una inseguridad de la propia pareja, como puede ser la infidelidad, entre otras.
<< ‘Sospecho que me es infiel, le voy a decir que o nos ponemos de novios o se acaba.’, ‘Vamos a tener un hijo, no nos queda otra que casarnos’ >>
El punto nos planteará: ¿Damos un paso adelante o echamos todo por la borda?
Rara vez, este hecho es seguido por un consenso de pareja, es decir, es muy poco usual que ante  esta dicotomía, ambas partes estén de acuerdo. Sería oportuno que en todo caso la resolución fuera esta, ya que así ninguno sufriría, pero el 99% de los casos indica que ocurre lo contrario: Ella se quiere poner de novia y él no, o viceversa.
Este hecho obligará a la pareja a tomar todo tipo de intención como una obligación. Si, antes, uno llamaba al otro unas dos veces por día aproximadamente, esto comienza a sentirse como una obligación para la persona  que es contraria al punto o como un deber para quien esta a favor.
La parte que quiere dar un paso adelante comenzará a sobre exigir cosas de manera ridícula y exagerada, para justificar la necesidad de sentirse comprometida.
<< ‘Ahora debería llamarme más.’ ‘El fin de semana debería verme exclusivamente a mi, que a los amigos los vea en la semana.’ ‘De ahora en más voy a estar esperando un regalo de aniversario’>>
La contra parte estará asustada y confundida. ¿Después de que noche de sexo, su pareja se había convertido en una desesperada por el compromiso? Ergo, comienza a alejarse y a tomar distancia de todas las actitudes que afirmen algún tipo de obligación de pareja.
<< ‘Mejor en vez de llevarla a casa le digo que comamos en el McDonalds: Más alejada de mi familia y bien informal’ ‘Voy a armar más planes con amigos, así marco bien mis prioridades’ >>
La relación se torna una batalla, un tire y afloje constante: ‘Yo te llamo dos veces por día, pero cuando esté con mis amigos no me mandas ni un mensaje.’ ‘Te regalo la play y vos me das un anillo de compromiso.’
El cauce de este estado anímico será de doble camino: la unión o la separación. Volviendo al principio, las parejas se juntan y se separan o se juntan y permanecen así.  Todo depende de que actitud se tome frente al punto y que personalidad se tenga para enfrentarlo. Es muy probable que el punto arruine tu relación y tu vida, así como es muy probable que la adorne y afiance la pareja. Todo depende de cada uno y de saber qué es lo que queremos para nuestras vidas.

16.4.11

I hope you're feeling lonely

I can never forget
The way you held your arms around me
I guess I have to admit
I was afraid to end up lonely

Can't imagine life without you
Cause I don't wanna have another lover
Yes I adore you
But I won't be coming back

Did it make you feel good to see me hurt
To see me hurting
Happy to see you broke me first
Hey baby do you believe
You gave me what you thought I deserve
Do you believe you conquered what

Are you lonely
I hope you're feeling lonely
Baby are you lonely
I hope you're feeling lonely

How could you forget
I was the one you kept on blaming
You said I made you upset
It wasn't true what you were claiming

And there will be no regrets
This time I think I leave you hanging
No there is no longer you and I you and I
Cause you later ground stranded
So tell me baby

Did it make you feel good to see me hurt
To see me hurting
Happy to see you broke me first
Hey baby do you believe

You gave me what you thought I deserve
Do you believe you conquered what

Are you lonely
I hope you're feeling lonely
Baby are you lonely
I hope you're feeling lonely

Hey, for leaving me
Leaving me
For leaving me
Leaving me

Lea, Lea, Lea, Leaving me
Lea, Lea, Lea, Leaving me
Lea, Lea, Lea, Leaving me
Lea, Lea, Lea, Leaving me

Are you lonely
I hope you're feeling lonely
Baby are you lonely
I hope you're feeling lonely

Are you lonely
So tell me
Baby are you lonely
Baby are you lonely

So tell me
Baby are you lonely
Baby are you lonely

For leaving me

9.4.11

Somos lo que somos

Arriba las mujeres que vivimos. Que no nos arrepentimos de como vivimos. Que nos ponemos los tacos y salimos adelante. Que no nos da vergüenza hablar, no tenemos escrúpulos para quejarnos y para decir lo que pensamos. Que estamos solas porque no existe aún un hombre que pueda manejarnos. Porque somos tan nosotras, somos tan particulares, somos de esas que se nos rompe la media y, en vez de desesperar y sacárnoslas, la rompemos del todo y vamos por la calle así.
Somos de esas que nunca se van a quedar calladas y que siempre tienen algo que decir. Somos las que se ríen a carcajadas sonoras importantes y las que caminamos con la frente en alto. Tenemos malos, días y buenos días, tuvimos malas relaciones e intentos fallidos de 'amores para siempre'. Nos han reprobado un examen, nos ha ido muy bien en un trabajo y, también, muy mal. No somos perfectas, vivimos como podemos. Pero vivimos fascinadas con todo. Pensamos mucho, hablamos mucho y somos las que en una reunión, rodeadas de hombres que vemos por primera vez, esbozamos a los gritos sin problemas que 'ésta menstruación que estoy teniendo es la del óvulo derecho, por eso me baja un poco más, viste?'.
Aguante nosotras!

6.4.11

Todas las malas vibras in HERE

Después no le digan fatalistas o pesimistas a las mujeres, cuando dicen que en su vida esta todo mal.
Si cuando va a una entrevista de trabajo en la que, por primera vez le encanta el trabajo y le parece que hubo buen feeling, nunca la llamaron de nuevo.
Seguido de eso, pasó un mes y medio después de haber cortado con su novio. Tiempo en el que hay que felicitarla por no haberlo tratado de contactar NUNCA. No hubo ni un mensaje de texto madrugador y ebrio que lo halla sorprendió. Ni una llamada, seguida de un llanto desgollado y roto. No hubo siquiera un mail disfrazado de una madura despedida que halla agobiado al viejo pretendiente. Pero así como la mujer dejada tuvo la fuerza de no arrastrarse por amor, su ex tampoco tuvo el interés por saber si había muerto siquiera.
De manera paralela, su vida sexual apestaba de la cantidad de telarañas que tenía y, como si todo esto fuera poco, estaba empezando a extrañar al únco chongo que tenía en la agenda, sólamente por el triste hecho de tener extrañar a alguien o peor porque se quería enganchar ciegamente de otro lo más rápido posible.
Su trabajo era triste y gris y le causaba dolores de cabeza, fracaso tras fracaso. Acompañando todo esto, se encontraba el éxito rotundo de todas las personas que la rodeaban: amigas, familia, conocidos. Tener que escuchar a sus amigas ser llamadas a interesantes entrevistas o tener flamantes empleos, mientras ella envejecía en un oscuro y roído escritorio.
Su única motivación en la semana era vivir los días hábiles lo más amenos posibles para juntar fuerzas y, el fin de semana, embriagarse hasta la médula, al punto de no recordar nada. Acción que luego le daba culpa y más angustia.
Para ponerle un poco más de picante al asunto, el viernes toca depilacion. Aunque todavía no sabe muy bien la razón de este sufrimiento sin recompenza.