26.5.11

Hoy, el regreso

Definitivamente este Blog me sirve mucho a dos fines. Fines los cuales son de importancia radical en mi alma. En primer lugar, ocupar el tiempo libre; debido a que soy una mujer pro-activa, más conocida como "culo inquieto" y, por otro lado, para desgargantarme el cogote y expulsar los nudos de bilis venenosa que me dejan algunas situaciones.
Hoy, 26 de mayo, se cumplen ya algunas semanas de haber comenzado un nuevo trabajo, lo que implica correr de un lado para el otro, trabajar más horas, vivir cansada, dormir poco, comer mal, estudiar menos, sacar malas notas, etc. Pero toda esta bola de porquerías me vino salvando de algo que creía imposible de evitar: "Pensar en mi ex".
¡Dios! Estuve tan ocupada que sólo tenía que dejar que las piernas me temblaran únicamente cuando pasaba por delante mío, sino... ¡Olvidate! Era una reina. Tenía muchas cosas que hacer, muchos trabajos prácticos que presentar y parciales que se acercaban, como nubes negras en el cielo, para los que estudiar. Tenía los fin de semana abarrotados de planes y más planes que me mantenían ocupada de la A a la Z.
Hasta empecé a salir con un chiquito. Y digo chiquito, no porque sea menor de edad, ni porque sea petiso, sino porque, pevisiblemente, lo veía más como a un pobre alfeñique comparado a mi ex.
Pero ¿Qué tenía que perder? Estaba conforme con mi nuevo trabajo, muy ocupada y preocupada por rendir 100%, atareada con mi carrera universitaria, la cual me demandaba las pocas horas del trabajo y de sueño que tenía. Así que el poco tiempo de ocio que no ocupada con amigas o salidas espontáneas y alocadas, lo ocupada con el chiquito antes mencionado. Todo parece sonar excelente. ¡Hasta me fui de compras!
Hasta el día de hoy, en realidad... ¿Para que mentirles? Fue hasta el día de mi cumpleaños, 20 de mayo.
Creo que nadie espera nada el día de su cumpleaños, pero a la vez lo espera todo. Al final del día nos preguntan: ¿Quién no te saludo?¿Quién esperabas que te salude?¿Quién te saludo y no te lo esperabas? Y, a todo, contestamos: "No se, no llevo una lista de saludos. Simplemente, me saludaron quienes me saludaron."
Esta humilde y cómoda frase es quizás una verdad, pero una verdad muy superficial, porque en el fondo, aun sin que nosotros mismos nos demos cuenta, existen dos o tres saludos que esperamos sí o sí. Entre ellos esta el del ex, si es que todavía nos importa, obvio.
Si medimos los resultados y no el proceso, mi resultado fue bueno. Es decir, obtuve el esperado saludo de parte de mi ex.
Si analizamos el proceso, es decir el cómo fue hecho, el resultado fue espantoso. El saludo que, lejos de ser algo lindo, fue la cosa más frígida que me dijeron en mi vida. Hasta el ex de una amiga que no frecuentaba mucho fue más cálido en su saludo (aunque este fuera posteado en mi muro de Facebook): "Eiiii danii, como estas tanto tiempo? Estás re cambiada, re bonita! Espero que la pases excelente, Muchos cariños"

Ahora, el saludo de mi ex: "Dani, Feliz cumpleaños, que la pases bien junto a tus seres queridos. Besos"
Ey!!, a todos mis lectores, ¿REALMENTE: ME ESTÁ HABLANDO ENSERIO?
Me siento indignada, embaucada, violentada. Toda mi ira, despecho y odio, volvió en forma de pequeñas bolitas de naftalina que comencé a acumular en la sangre. ¿Qué le cuesta al hijo de mil y una puta, esforzar su calculador, frío y escoliótico mensaje hacia el lado "Agradable" del medidor de actitudes invisible que existen en el manual de códigos de los ex novios?
Obviamente, mi respuesta fue más fría aún: "Gracias, Saludos."
¿Cuantas veces nos besamos?¿Cuantas veces dormimos juntos?¿Cuantas veces cenamos, almorzamos, merendamos juntos? ¿Cuantas veces nos reímos juntos?¿Cuantas películas vimos juntos? Es más... ¿Cuanto tiempo estuvimos juntos?
La respuesta a todo eso es: Muchas, Muchos. Reverendo mal agradecido de tu madre, frígido, pedante y sobrevio!

Pero bueno... Volvamos a nuestros cabales y al centro de este relato. Ya que el centro del relato jamás fue insultar a mi ex. El centro de esta entrada es poder darnos cuenta como luego de una ínfima actitud, un mínimo desequilibrio, todo el esfuerzo de 3 meses de separación se viene abajo. El trabajo nos importa un carajo, la facultad es algo así como un deber irritante que nos taladra el lóbulo frontal del cerebro todas las mañanas, con un pica hielos, un poquito más.
Las salidas espontáneas se transforman en largas noches de sueño pesado, envuelta en una gran frasada peluda, comida, cigarrillos y películas de dos estrellas de crítica.
Un mail, un insignificante y más corto a tres lineas, mail, nos cambia la percepción, la cual se alterará aún más cuando seis días después sea SU cumpleaños.
Ese día veras cuan feliz es él. Tan feliz que, aunque le envíes un mail frío que diga: "feliz cumpleaños flor de hijo de puta", va a pensar: "Qué divina que se acordó!".
Que aunque te le pasees por la cara todo el día, va a ignorarte. Que es su cumpleaños y en vez de pasarla como la pasaste vos, pensando en cuán mejor la pasarías si estuviera el, va a pasarla de lo mejor posible.
Y, lo peor de todo, va a ser feliz; porque, ¡Vamos!... dejemos esa careta que dice: "Yo soy feliz, si el es feliz"
Eh, discúlpenme si rompo el frágil mundo de Disney, pero: Yo no soy feliz un carajo, si él es feliz. Y más si fue el quien me dejó. De hecho, quiero que sea lo más miserable posible. Quiero verlo en un bar llorándole al cantinero, hablándole de la mujer que dejó ir. Quiero verlo igual de patético que estoy yo.
Pero no... el está genial. Y nosotras... estamos saliendo con 'chiquitos' a bares pedantes de plaza armenia, donde, desde que encendemos el primer cigarrillo de la noche, sabemos que nada mágico va a pasar ahí.
Sabemos que todas esas Solicitudes de amistad de pibes que caen en el Face, son simples pibes que la quieren poner. Que él, realmente, ya rehizo su vida y que vos, pasaste tu cumpleaños, apartándote de tus amigas para sentarte en un sillón sucio, pasada de alcohol, a mirar el piso y a preguntarte y afirmarte: "¿Porqué? Si serás hijo de puta, ¿eh?..."
Yo me pregunto si hay alguien más en este mundo así de patética como yo, o si simplemente yo ya toqué fondo.

Saludos cordiales

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