16.6.10

La habitación de agua salada

Creo que a veces hay que dejar cosas que creías buenas atrás, por que no son tan buenas. Al principio siempre dudas de si lo que dejaste era en realidad bueno y juzgaste mal o si era algo que solamente aparentaba ser bueno, pero con el paso del tiempo te das cuenta de las cosas.
Y ÉSO, precisamente me molesta, tener que esperar para que algo deje de molestar, de doler o de aburrir.
Como que de repente me empiezo a preguntar si es un sentimiento de extrañar feliz algo que paso y que recuerdo con ternura o si en realidad es extrañar de manera triste.
¿Entonces?, es melancolía o nostalgia?
No se... no se si lo superé o si en realidad me armé una coraza tan fuerte que yo misma lo creí.


Esa noche me sentí en otro cuerpo, en otro mundo, cuando abrí los ojos en plena madrugada y te vi caminando, entre apenas algo de luz... Por que por más que te viera todos los días, fue distinto...Fue verte de pronto de otra manera, ensombrecido por luz de luna, me sonreíste. Me di cuenta de cosas que quizás no están en mi cabeza todo el tiempo.
Por eso, me paré y en madrugada y despeinada, te dije:
¿Te gustaría que nos enamoráramos?
Un silencio recorrió toda la habitación.
El tiempo que pasábamos juntos jamás era suficiente y podíamos pasar horas encerrados en nuestra habitación.
Corría agua, pasaban las semanas, los meses...
Y podían pasar horas que podía seguir mirándote dormir. Me di cuenta que el mal humor de no poder dormir no es inconveniente comparado con lo rara que me hacía sentir verte dormir.
Entonces... ¿Cuanto tardaremos en saber si esto va a funcionar o no?
Por que si no va a funcionar quiero saberlo ahora... no quiero verte más dormir, ni sonreír entre filtros azules de luz.
Así que dime... ¿Te gustaría que nos enamoráramos?
Cuando estamos separados... ¿en que pensas?
Quizás el amor esté un poco sobrevaluado, pero... Vamos a apagar todas las luces y a dejar que brille este salón.
Y en cuanto escuché temblar el piso, me tenías abrazada...
¿Que fue lo que pasó cuando te miré y no supiste responder?
Para mi sorpresa emocional: Nuestra despedida, la última llamada para nuestros subterráneos que corrían entre las vías metálicas y frías, de la manera más alocada.
Para mi sorpresa había subtes que se iban, pero también otros que venían...Todos los subterráneos alrededor creaban un sonido increíble. Era nuestro sonido, era el movimiento.
Y te repetí... ¿Te gustaría que nos enamoráramos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario