20.7.11

La mujer y su amiga

Existe algo que, para la mujer, es casi o igual de importante como lo puede ser el maquillaje, un hombre perfecto o unos zapatos nuevos: Una amiga.
¿Quién, dentro de este planeta, puede vivir sin oxígeno?
Esa pregunta tiene la misma respuesta que ésta otra: ¿Quién puede vivir sin contarle a una amiga cuando y dónde dolío la depilación con cera del cavado, detalladamente?

Nadie.

Esa respuesta, a su vez, es la misma a las siguientes preguntas:
¿Quién puede decir que salió del poso depresivo sólo, sin la ayuda de una amiga?
¿Quién se anima a exlcamar que la mejor noche de su vida no fue junto a una amiga?
¿Quién no lloró con una amiga?
¿Quién no le gritó a una amiga?
¿Quién no se salió del bolcihe, dos segundos después de haber entrado, porque una amiga se sentía mal?
¿Quién no abrazó a una amiga?
¿Quién no lloró de risa con su amiga?
¿Quién puede decir que NUNCA criticó a alguien con una amiga?
¿Quién no se emborrachó con una amiga?
¿Quién no dijo: "Che boluda hace 3Hs y media que estamos al teléfono. Bueno, te cuento ésto último y cortamos"?
Entre miles de otras preguntas, a las que también la respuesta es Nadie. Nadie que tenga verdaderos amigos puede decir que no hizo estas cosas con una amiga. En especial las mujeres. Las mujeres considera a su amiga como un espejo. Y lo digo literalmente: "Che, boluda se me corrió el rimel" (y te miran fijamente para que les devuelvas una respuesta.)
Una mujer no es lo que es sin una amiga.
Una mujer deja de ser diosa, sin las advertencias de una amiga: "Boluda, tenes la pollera adentro de la bombacha JAjajJasjajajaJAJAAJAJAajjaaj!"
Deja de ser diosa, sin el concejo (por más sicnero que sea): "No es de mala, pero ese color de pelo te hace parecer un león acobachado en celos, de onda"
Una mujer deja de ser deseada ante un hombre, sin su amiga al oído: "Hagas lo que hagas, NO lo llames! NO!! mensajes de texto tampoco. Qué piense que sos una mujer ocupada, aunque no tengas una mierda que hacer y te rasques las tetas, HACÉ LO QUE TE DIGO".
Una mujer no es una mujer sin una amiga: "Decíle no a los cortes princesas, decile no a los vestidos baloon y despedite de los flanes. Mejor, dale a la dieta, boluda, no se puede hacer magia con la ropa"
Vos no sos vos sin tu amiga y, para nunca perder mi escencia, quiero decir que odio este tipo de convenciones sociales cursis. Odio todo lo cursi. Y a quien le pese, mal por él. Soy así, soy una mina jodida. Soy quejosa e irritante, a veces. Perfeccionionista, gritona y un poco egoista (bastante). No soporto perder y odio que me tomen el pelo o que no me valoren. Odio que me denigren, que me subestimen, porque puedo dar todo. Pero tengo algo bueno. Así como quiero que me traten a mí, quiero que traen a todos quienes sean mis amigos.
No me banco ver a una amiga llorar por un pelotudo. Porque no vale la pena. Porque ellas son todas perfectas, a su manera. Son luz, son risas, son inteligencia, son ocurrencias, son vida.
Y si alguien tiene algo malo para decirles que me lo venga a decir a mí, en la cara. No me gusta que las rechacen, porque tienen más para dar que cualquier otro ser humano en la tierra.
Wow! Soy re afortunada. Tengo en la suma de pocas personitas la totalidad del mundo. Tengo la risa, la inteligencia, la humanidad, la psicología, el realismo, el sarcasmo, la pasión, la ternura, en cada una de ellas. Y, previsiblemente, la paciencia para bancarme a mí.
Me molesta que todos, este día, digamos Feliz día, porque este sentimiento que les cuento es algo de siempre. Y no necesito un día para decírlo. Es más, probablemente, tenemos vidas tan ocupadas, que ni siquiera nos juntemos y no significa nada. De hecho, significa mucho más que nada.
Significa que no necesitamos de un día para nosotras. Nosotras nos levantamos y se nos viene alguna amiga a la cabeza por algo que pasó. O nos tentamos de la nada de un recuerdo gracioso, solas en la calle. O nos llamamos sin nada que decirnos. Quizás no hablamos por dos meses y cuando nos vemos sentimos lo mismo que sentimos la última vez que nos vimos, como si nos hubieramos visto ayer.
Por que con el ritmo de la vida, todo cambia. Elegimos caminos diferentes. Estilos distintos. Vidas separadas. Hombres más altos, más petisos. Barrios para vivir, más alejados. Tenemos hijos o no. Y eso hace que nos distanciemos, hasta por años. Lo importante es saber que la cercanía constante no hace a un amigo. Podemos vivir segundo a segundo con alguien y descubrir que no era lo que pensábamos.
Un amigo es aquel que no tiene que estar en forma física con vos, todo el tiempo; por que sería imposible: todos tenemos carreras que estudiar, terciarios que hacer, familias que visitar, esposos que atender e hijos que tener. Y, desafortunadamente, las amistades siempre son las que quedan para el final. Pero, hay una cosa que remarcar: las amistades son las que están hasta el final, al final del camino.
Son esas personas que, en una charla por teléfono, pueden hasta llegar a adivinar si estás haciendo gestos del otro lado. Son de esas personas que te roba la palabra siguiente que ibas a decir, en una frase. Son esas personas con quien quisieras mantener recuerdos para siempre, tanto que al llegar de vacaciones harían un listado de cosas graciosas solo para recordarlas por siempre.
Son simplemente ellas.

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