21.8.08

~ Instantes tragicómicos

¿Cuando decimos que es lindo extrañar es por que nos gusta pensar en alguien y suspirar?
¿Por qué, quizás, sabemos que ese alguien nos extraña igual o más?
Tal vez por que simplemente se siente muy bien el reencuentro.
O por que contas los segundos, horas y días, pero siempre sabiendo que la cuenta tiene un fin.
Por que no se si es igual de lindo contar segundos, horas y días sin tener un stop. El infinito esta tan lleno de todo y, a la vez, tan vacío.
De que sirve extrañar si no vas a volver a cierta instancia. Es como gritar en el desierto, un despropósito, ¿quién te escucharía? O es como gritarte a vos, ¿por qué me escucharías? Si es más fácil ignorarme…
A pesar de haberme entretenido pensando que diferente se siente extrañar, cuando los contextos son distintos… te vi cruzar.
Otra cosa que se siente tan bien: verte. Esa típica sensación de ‘montaña rusa’, tan particular. ¿Quién no la ha sentido antes? Es algo así como un golpe caliente seguido de un hilo bien frío que te recorre. Empieza por el pecho, se pasa a la espalda y termina como temblor, en las piernas.
Por eso dije: no hay nada más lindo que verte. No hay nada mas lindo que extrañarte y sentir que se me desdobla el alma. ¿No te pasa lo mismo?
Lo dije, lo había dicho. Pero me lo había dicho a mi misma. Nunca te lo podría haber dicho.
Soy una persona bastante autosuficiente y no necesito que me ayudes. Esto sí, por favor no lo escuches, por que el orgullo es mas fuerte. Es muy fuerte, tanto que prefiero vivir mi vida armando encuentros, ideando frases que decirte que nunca te diré, imaginando que hacer y como mirarte cuando te vea, cuando nunca te veré.
De todas formas cruzaste y no me viste. Siempre pensé que las personas ven lo que quieren ver, priorizan lo más importante para ellos, lo más vital. Obviamente, yo no ocupo ni siquiera el sexto puesto en la lista. ¡Y lo tenía bastante aceptado! Pero… quién no murió nunca por preguntar: ¿Pensas en mí?
Aplaudo a quienes lo hacen o lo hicieron alguna vez, a mi no me da el coraje. Soy una mujer del todo desenvuelta y no me cuesta saber como pronunciar ‘pensas en mí’, lo que no quiero es escuchar que respondas. Sí, tengo miedo a que me digas que no. A que me digas que lo haces muy poco, prácticamente nada. Es más, tengo miedo a queme digas que sí y que pensas mucho en mí, por que eso me devastaría. ¿Qué hacer ahora si me dijiste que pensabas mucho en mí, por qué no estamos juntos? Porqué. Que sustantivo tan quemado. Si solo supiéramos el porqué de todo.
Pero, por ahora, prefiero no saberlo. De todas maneras, después de pensar todo esto, vos ya estas a diez cuadras. Pero esos segundos más tensos que esa cuerda de guitarra a punto de romperse son un baldazo de agua fría. Yo los llamaría: mis instantes tragicómicos. No sabes que hacer… alegrarte, llorar, gritarle, gritarte.
Pero, ¿qué cosa peor que esto hay que el no verte? Sí, no verte. Y remarco el no por que es tan feo el no. Es tan… ¡no! ¿Qué cosa peor que ni siquiera verte cruzar?
Nada, nada peor. Lo que si puede haber es una suma de peores. No poderle decir que lo amas + Que no piense en vos + Que no lo veas cruzar + Que te sentís una idiota importante.
Sería genial que alguien te toque el hombro, te despierte y… ¡Sorpresa! Era un sueño. O no, que nadie jamas te despierte de ese sueño, en el que nada malo pasó…
Pero no hay sueños eternos, no hay gente que trae la felicidad con un llamado al hombro, no hay ‘verte curzar’, no hay nada. Hay infinitos nada.

1 comentario:

  1. Éste es bueno, ves ?
    Me gusta porque hace un tiempito escribi las mismas sensaciones pero en vez de hacerlo en forma de ensayo, como vos, lo hice en forma de poesía. Cualquier cosa pegame un grito y te lo paso, si te interesa.

    un beso.

    ResponderEliminar