12.8.09

caso perdido

Quiero verte reir. Me encanta cuando se te hacen esas muequitas en los cachetes y se te arruga la nariz. Amo verte reir, me pone de buen humor. Cuando sonreís me da como cosquillas en el pecho, ¿sabías?
Peinado de costado, lacio, con bucles, corto o largo, sin peinar, con una capelina de mujer o un casco de obrero, me gusta igual.
Te veo y se me ocurre una sarta de cosas estúpidas que decir, una atrás de la otra. No te puedo mirar a los ojos, aunque cada vez que suba la vista me estés mirando. Siempre te brillaron los ojos de una manera muy… vos. Yo no puedo mirarte así. Me da una risita medio esquizofrénica que no puedo calmar y cuando te vas me queda esa sensación igual a la de terminar de dar un discurso frente a 20 mil personas: las piernas flojas y la respiración entrecortada, pero una sonrisa en el alma que no se puede explicar con palabras.
No me digas que estoy loca. No me digas que estoy enamorada. No me digas que es una obsesión. Yo solo quiero que estés ahí. No quiero seguirte eternamente, ni enloquecerte, no quiero cumplir meses, ni regalarte cosas o que me regales. Quiero un abrazo y que me sonrías, muchas veces si es posible. Porque sos como esa canción que, por más que sea vieja y que hayas borrado mil veces, cuando la volves a escuchar sigue haciendo algo en vos.

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